viernes, 14 de julio de 2023

Octavo encierro de San Fermín 2023. La leyenda de Miura.

Viernes, 14 de julio, día de la Fiesta Nacional francesa, es decir, día de nuestras élites, y toros de Miura, léase, día de "pobre de mí" y fiesta de la afición. Miura es al encierro lo que el blanco y rojo a los sanfermines. Si alguien que amase esta fiesta decayera en la moda de tatuarse algo propio de ella, sin duda, tendría que ser un santo de San Fermín y una "A" con asas. Decir Miura en Pamplona es hablar de la leyenda del toro y del toro de leyenda, es temblar con "Ermitaño" u "Olivillo" y saber que tienen el encierro más rápido de la historia, es mirar a un lado y ver un lomo que llega hasta el hombro, es ponerse delante y no ver la penca del rabo, es leer en el periódico los pesos y pensar en toneladas, es el sueño y desvelo de todo corredor, una gran carrera delante de ellos. Es, cada 14 de julio, ver correr a la historia de la Fiesta, sin un Hegel que vea en ello lo que vio en Napoleón a caballo en Jena. Hoy, vuelve el toro a la Feria del Toro, tras el paréntesis de la Feria de Roca Rey, y delante estarán, con todo mérito, Pinar, Leal y Colombo.
El encierro es el típico de Miura. Tres bravos por delante a un ritmo insoportable que arrolla. Otros tres por detrás a igual ritmo e ímpetu. Sin toros sueltos, para nuestra desgracia. Dicho esto, que resume el encierro, se puede pensar qué diferencia a los criticados por su velocidad, tedio y sosería encierros domecquianos de días anteriores respecto al de hoy. La distinción está en eso que el régimen taurino manipula, desprecia y margina, el toro, íntegro, con trapío, con pitones no de merengue, alto, largo, con seriedad en la mirada. Sólo con eso, corre la emoción sin frenos. Y es que ganarles la cara, aguantar, mirar y ver detrás esa torre de quebranto, pedir a las piernas que avancen como nunca y saber que llevas detrás una bestia legendaria, venida de la sangre que mató a Manolete, pues que lo diga la canción: "son en el mundo entero, una fiestas sin igual".

jueves, 13 de julio de 2023

Séptimo encierro de San Fermín 2023. Paradigma del encierro mcdonalizado.

Jueves, 13 de julio, toros de Victoriano del Río, primer encierro con todos los toros negros, aunque con accidentes, de presencia demasiado agradable y de pitones sospechosos (de nuevo, con Roca Rey en el cartel). No deseamos ser conspiranoicos, pero cuando sube el peruano al cartel, como en la de Cuvillo, baja el toro. El elemento común, el "pegamento", que diría Pedro Sánchez, de las dos tardes en las que el toro de Pamplona, de la Feria del Toro, ha estado más alejado de serlo, son en las que ha estado el apoderado por Roberto Domínguez. Hoy, junto a Emilio de Justo y Tomás Rufo. Ayer, Juli, junto a Cayetano, triunfó y salió por la puerta del encierro, engordando la lista de éxitos julianos en todas partes, menos en Madrid, donde seguirá Plaza 1 haciendo todo lo posible para que supere las Puertas Grandes de Pepe Nelo: una.

Encierro futurista y mcdonalizado, esto es, de consumo rápido y fácilmente mercantilizable, publicitable, espectacularizado, apto para todos los estómagos (toros de carril, con la sola intención de guardarse cuanto antes en los corrales y seguir tumbados hasta los correteos a los que les sometan esta tarde los neo-toreros), comprometido con la sostenibilidad (un toro sosteniendo con el cuerno a un asiático) y de sabor edulcorado, atenuado, sin esencia, megaproducido, artificial, lejos de lo natural. Un buey abriendo y mandando, metáfora de España, con muchos españoles caídos a los lados y arrollados por el manso. Un coñazo.

miércoles, 12 de julio de 2023

Sexto encierro de San Fermín 2023. Encierro de doce bueyes, seis de Jandilla.


Miércoles, 12 de julio, sexto encierro y toros de Jandilla, esos Domecq con un historial que hace, a veces, cierto eso de que el comportamiento en el encierro y en el ruedo puede ir de lo más fiero y cruento a lo más bobo y benigno, y aquello otro de que ganaderías con vitola de excesivamente domesticables e ideales para el neo-toreo, pueden ser indómitas y salvajemente peligrosas en la calle. En el recuerdo quedan "Huraño", el toro más rápido en hacer el trayecto de los corrales al ruedo; los jandillas de 2004, que cornearon a 8 mozos incluido Julen Madina (qepd), a quien "Trigueño" cosió a cornadas en el callejón; o "Capuchino", que en 2009 mató de un pitonazo en el cuello a Daniel Jimeno (qepd), último fallecido en el encierro.

Con esta leyenda de quitar el sueño se presentan los seis jandillas de hoy, leñosos y cortitos, con cinco negros y un castaño (todavía no hemos visto una carrera con los seis toros negros), y que serán lidiados por la tarde por Ferrera, Juli y Cayetano, en un sanferminero, por describirlo de alguna manera, cartel.

El encierro de hoy es todo lo contrario a lo dicho anteriormente. Carrera anodina y veloz, de toros sin personalidad y nobilísimos, que han ido hermanados con los bueyes como si fueran tales hasta la curva con Estafeta, tras una bella entrada con cuatro por delante, a partir de donde se han estirado permitiendo el lucimiento de los corredores. En El Mundo hoy podrán decir que es un encierro de los 90 o de los 20, por qué no, de esos primeros que vio Hemingway, pero la realidad es que es un encierro que podría no haber sucedido, porque nada ha acontecido más que un sprint de seis bueyes con cencerro y otros seis sin él que consienten al hombre casi hasta subirse encima de ellos, hacerse un selfie o tomarse un almuercico pamplonés en su cara.

lunes, 10 de julio de 2023

Quinto encierro de San Fermín 2023. Galgos de Cuvillo para un no-encierro.


Martes, 11 de julio, toros de Núñez del Cuvillo, de trapío simpático para esto que se llama "Feria del Toro" y para disfrutar del arte de Morante, las mutaciones de Talavante y los festivales de Roca Rey. Signo de los tiempos, el pamplonica de la era post-manada cambia al rey de la Fiesta por la fiesta del Rey. Símbolo del triunfo dialéctico de Feijóo ayer, todo se modera, se descafeína hasta hacerse soluble por cuántos más estómagos, mejor. Los sanfermines correctos con unos toros correctos.

Del encierro, poca cosa, en la tónica de este año de bravos supersónicos y de mansos no tanto, con una manada estirada y numerosas oportunidades para coger toro desde, incluso, la mitad de la cuesta de Santo Domingo.

No obstante, cabe destacar tres detalles no menores. Uno, la casa vez mayor presencia del teléfono móvil en la carrera, algo prohibido e insolidario, y que hoy se ha visto antes de la curva cuando un guiri, alcanzado por la velocidad de los dos primeros toros, perdía su celular rebotando y resbalando por el suelo mientras él se cruzaba llevándose la mano al bolsillo. La tecnología no aguanta la vertiginosidad del encierro. Dos, que la carrera del toro más adelantado queda, casi siempre, inédita a las cámaras de TVE y a los ojos del espectador. Puede ser una estrategia para llenar de visitas luego las webs de Diario de Navarra y Noticias, o, simplemente, denotar un extremo desconocimiento. Y tres, y quizá más importante, ¿en qué se convierte el encierro cuando un mozo puede posarse en la testuz, agarrarse de un cuerno a otro, rebozarse, en fin, sobre toda la artillería del toro y éste ni inmutarse? ¿Es éso un toro? Sin toro, no hay riesgo, no hay encierro, y no hay nada.

Cuarto encierro de San Fermín 2023. Encierro espectacularmente hipermoderno de los FuenteYmbros.


Lunes, 10 de julio, encierro de toros de FuenteYmbro, toros que pastan en Cádiz, pero son genuinamente más madrileños que la Puerta del Sol o que C. Tangana, por la cantidad de veces que los hemos visto en la arena de Las Ventas. Tras los esperados encierros de Escolar y Cebada, se inicia el ciclo más domecquiano de la Feria, ya que a los de Gallardo les seguirán los del Cuvillo, Jandilla y Victoriano del Río.

Si ayer asistíamos a un encierro que nos hizo recordar a los de la época dorada de los 80 y los 90, con toros sueltos, en cuentagotas por la calle y enterándose de todo, hoy vemos un encierro que podríamos calificar de espectacularmente hipermoderno, por lo supersónico de su transcurrir y lo showístico de sus imágenes, llenas de morbosidad, pero sin cornadas. Si algo podemos soñar para los encierros del futuro, en una sociedad aún más animalista, es que, al menos, sean como el de hoy.

En Santo Domingo hoy han podido sufrir el placer de ver a un castaño que enseguida coge la delantera junto a otro negro imponiendo la ley de la velocidad, esa que exige disponer de un potente tren inferior para, a golpe de cadera, salirse del vector de velocidad del animal. En el Ayuntamiento y Mercaderes ya son cuatro los toros en cabeza a un ritmo endiablado, pese al que no resbalan en la curva (gracias, antideslizante), y en la que entra entre la manada un mozo por el exterior de espectacular manera. El castaño irrumpe en Estafeta a golpe de riñones y se lleva por delante a varios mozos, que vuelan a los lomos de los bureles también de espectacular modo. Curiosamente, uno de los volteados es el alguacilillo de Las Ventas, mostrando la querencia de los Ymbros por Madrid. Avanzan por Estafeta a lo supersónico con ínfimos huecos entre ellos, animando a emocionantes carreras que se producen y arrollando, pero sin un atisbo de intenciones de embestir o de coger. Espectaculares carreras, espectacular velocidad, espectaculares volteretas, espectacular nobleza de los toros, y espectacularmente hipermoderno el encierro, ideal para que lo repitan una y otra vez los telediarios. Un encierro en el que el riesgo está en la velocidad, y no en el comportamiento, del toro.

domingo, 9 de julio de 2023

Tercer encierro de San Fermín 2023. ¡Viva Cebada Gago!


Domingo, 9 de julio, toros de Cebada Gago y, en el recuerdo que encoge las tripas, su emocionante y peligrosa carrera del año pasado. Toros astifinísimos que sirven como detector de manipulaciones. En una sola punta de un pitón del, por ejemplo, colorado, caben más desvelos que corredores y más verdad que en toda la tauromaquia oficial de loadas monerías y cucadas a perritoros. Gloria a los tres que esta tarde se pondrán delante y a los que ayer estuvieron frente a los de Escolar (¡fuerza, Robleño!).

Hoy hemos visto todo lo que se espera de un encierro: toros rápidos, toros andando, sueltos, toros que miran, se caen, derrotan, arrollan, cornean, se lo piensan, se distraen, se fijan, se encelan, embisten al cabestro, al vallado, se giran, se levantan, arrancan fuerte, de lado, en definitiva, toros con peligro y que infunden temor. La satisfacción es amplísima, para espectadores y corredores, tras dos encierros hipermodernos de vertiginosidad y emoción cinéticas, futuristas, como ideados por Marinetti.

En Santo Domingo todo empieza igual, con los bueyes abriendo, así que cabe compadecerse por tercer día consecutivo de los corredores de ese primer tramo, que seguirán deseando ver un bravo por delante. En el Ayuntamiento coge la delantera el colorado y se parte la manada. El adelantado limpia Mercaderes con su trapío y velocidad y sale de la curva como un cohete y con una mirada hacia la derecha que para relojes y corazones. Por detrás va la manada compacta. En la segunda mitad de Estafeta, mientras el colorado ya pisa Telefónica arrollando, algunos toros caen y la emoción se levanta. Uno de ellos topa con un muro multicultural y se encela con él con el resultado de un corneado. A la vez, llega otro toro negro caminando, imponente, bien llevado por los mozos. Por delante, el burraco se frena en la bajada al callejón y gazapea altanero fijándose en todo. Van entrando a la plaza y los dos últimos se percatan de la muchedumbre que hay junto al vallado, se dirigen hacia ella, pero el oportuno capote de los dobladores los recoge y conduce hacia los corrales, poniendo fin a un encierro emocionante y de verdad. ¡Viva Cebada Gago!

sábado, 8 de julio de 2023

Segundo encierro de San Fermín 2023. Los Escolares confunden la velocidad con el tocino (la casta).


Sábado 8 de julio, toros cárdenos todos de Escolar, de esos que no quieren ni ver los mandamases del toreo, por lo que lo primero que diremos es que todo corredor que se haya puesto hoy entre los pitones habrá hecho algo que, de momento, ni Juli, ni Roca, ni Manzanares, ni cualquier otra figurita ha hecho todavía.

En la carrera, ha destacado la vertiginosidad de los toros y la emoción de ver que vencían en el sprint a los mansos, pero ha decepcionado la boyantía exhibida. Esperábamos casta, y recibimos fugacidad. Uno espera que el peligro de los escolares no se restrinja a alcances por velocidad como los de las subidas a los puertos, y que haya algún derrote, alguna coz, alguna mirada aviesa, alguna mala idea, no sé, algo del comportamiento imprevisible de un toro de lidia. En Santo Domingo salen en pelotón hasta mitad de cuesta, cuando empieza a despuntar por la derecha un toro que arrolla a un guiri y pone en aprietos a algún nacional. En Mercaderes ese toro definitivamente se adelanta y le siguen tres más. Ninguno resbala, gracias al antideslizante. Por Estafeta se suceden los atropellos y caídas con el primer toro y unas emocionantemente rápidas carreras con los tres siguientes en forma de relevos entre corredores de Brihuega, CastellónMadrid y Pamplona. Se abren más huecos hasta la llegada al callejón, que aprovechan muy bien los mozos. Los escolares entran a la plaza y recorren en perfecta línea recta su diámetro para entrar a corrales. Este comportamiento sin atisbo de casta puede ser otro esta tarde.

jueves, 6 de julio de 2023

Primer encierro de San Fermín 2023. Palmosillas de cuidada nobleza y mansos a la cabeza en un sprint con la emoción en lo que no llega a suceder.


Viernes, 7 de julio, San Fermín, primer encierro e inicio de la campaña electoral. 45 minutos de turra televisiva de periodismo veintiunesco (que por lo menos nos ha enseñado a Escribano, al que no quieren ver en muchas ferias) y 2 minutos y 32 segundos de encierro de La Palmosilla. Muchos guiris de blanco y tinto y muchos españoles de futbolistas y estridentes colorines. Los toros también multicolor o multicapa (negros, castaños y colorados), de una nobleza extremada y de pitones dirigidos por un cuello todavía más bonachón. Los mansos en cabeza desde el inicio hasta el final. Qué grandes gregarios serían para Pogacar. Bueyada, decimos, para los corredores de Santo Domingo, Ayuntamiento y Mercaderes, donde quiere destacarse un castaño por el exterior de la curva. En Estafeta se abre la manada, todavía a gran velocidad, y se meten corredores en los huecos. Grandes carreras que se van ensuciando desde Telefónica y hasta la plaza con las ya tradicionales peleas en la cara del buey y del toro. Encierro de escasísima emoción con tres amagos de ponerse interesante: el resbalón de un toro negro en Santo Domingo, ese mismo toro o el otro negro cruzándose antes de entrar al callejón y el último toro volviéndose momentáneamente en el ruedo. Desde hace años, el verdadero encierro está en aquello que no llega a suceder.

sábado, 1 de julio de 2023

La tele mató al encierro de Pamplona


Desde la Santa Transición, que ha resultado autoritariamente cultural y democráticamente apolítica, y con su Santa Televisión Pública, los encierros de San Fermín se corren en vivo por toda España. Gracias a la tele, los sanfermines son lo que aún le queda a España para reconocerse, si quiere, en una tradición cultural común. Es más, si Nicanor Parra hubiera hecho uno de sus artefactos sobre España, sería algo así como la fina silueta de un toro astifino trazada sobre el plástico de una litrona y con el texto: "Viva San Fermín, Gora España".

Gracias a la tele, muchos crecimos con el anhelo de una larga carrera en Estafeta, al tranco de la voz silenciada de Javier Solano y al ralentí con la canción de Runrig o de Barricada. Veíamos al pequeño Boti agigantarse entre la manada en Santo Domingo, y a Oteiza peinar un hueco imposible tras la curva y mantenerlo hasta lo indómito de sus rizos; muchos quisimos ser el gran David y diseñábamos para nuestro propio corredor del futuro camisetas inspiradas en la suya verdiblanca; otros imitábamos el sprint eléctrico de Eguiluz, que era como un Roberto Carlos de blanco y rojo; alucinábamos con la torería de Castander para estar estoico como el bolso de Soraya entre dos toros sueltos; nos impresionaban las vigorosas zancadas de Jokin y Julen y su pavorosa quietud al hilo de los pitones, que era como si, con ellos dos, hubiera ocho toros; y crecíamos a la vez que lo hacía el portentoso Lecuona.

Y lo mejor era que sólo supimos sus nombres cuando, mucho más tarde, almorzábamos con ellos, puesto que el encierro, en la tele y en esencia, debe ser anónimo. Hasta entonces, eran el "bajito de Santo Domingo", "el de los rizos", "el de verde y blanco" o Julen, porque Julen era tan famoso y su genio era tal que si hubiera nacido guiri, tendría su propia película en la que dejaría a John McClane a la altura woke de un personaje de Eduardo Casanova.

Conocimos que existen los Dolores, los temidos Cebaditas, los legendarios Miuras y una pléyade de ganaderías acabadas en Domecq. Sabíamos que al girar la cámara del Ayuntamiento hacia Mercaderes el contraluz nos cegaría y el bollo pringao temblaría sobre el colacao; que el extremismo en la curva se pagaba caro y que quedarse varado en su centro costaba aún más; y, en cambio, que más valía quedarse quieto en el suelo, que erguirse, que por eso un toro mató a Matthew Peter Tassio; y que el guiri era una absoluta jodienda de la que Hemingway tenía la culpa.

Sobre todo, aprendimos que el único sentido de esa carrera matutina es la lidia y muerte vespertinas del toro, por mucho que un Cebadita se volviera hasta los corrales de Santo Domingo. El encierro de Pamplona era, gracias a la tele, la E.G.B. del potencial aficionado a los toros, y no sólo a la tauromaquia popular.

Pero la tele cambió, y con ella el encierro. Llegó la retransmisión de Cuatro, cuando España iba muy bien, pero pronto iba a dejar de irlo, con su Molés, su Muñoz, sus reporteros distribuidos por tramos, por balcones, por bares, por callejones orinaos, por el aire aerostático y por desconocimiento. Lo que antes hacía muy bien una sola voz, ahora se encargaban de deshacerlo muchos rostros con micrófono.

Se adelantó el programa a las 7:15 a.m. para que el desayuno se hiciese bola con entrevistas de interés sólo para el entrevistado; las cámaras de Estafeta se cambiaron de acera y seguían con puntería el trayecto de los bueyes; había más zoom, mejor resolución y casi todo ocurría en cámara superlenta, porque la violencia y el riesgo son menos violencia y menos riesgo cuando suceden en un tiempo ralentizado; salvo el corredor Cascante, los relatores cascaban y cascaban, pero no sabían nada; era como ver algo con un doblaje que no casaba y, aún más, que pervertía lo visto, ya maleado.

El nombre de los grandes corredores se pregonaba, Raúl era el del Betis ("¡ahí va ese bético!", se le escapaba a Muñoz) y Kike su hermano; se entrevistaba a uno de Benicarló, y a otro de Albacete; se lloraba que tal carrera era en homenaje de un familiar fallecido y que tal caída era por la masa y no por alejarse del vacío de la canaleta; se lucían camisetas a cual más estridente y con más publicidad; se corría por la cámara y por una fama garrula y no para uno mismo; y, así, con cada palabra y cada rostro desvelados se caía el velo de misterio e intimidad intrínsecos a la carrera.

Y todo esto lo copió la televisión pública. Tal cual. Dos cadenas compitiendo por dar un encierro lo más alejado de su esencia y lo más cerca de un show de fácil digestión para los buitres del páramo cultural español. Cuatro lo dejó y permaneció TVE, que hasta osó tapar el sonido de las pezuñas, los cencerros y los gritos con narraciones futboleras de la carrera. Durante unos años se llegaría incluso a apagar la voz de Solano para luego volver hecha carne, pero fuera ya de su añorado tono de seriedad y conocimiento y en una nota homófona a la morbosa y superficial del periodismo patrio. Si algo tan incorrecto políticamente (¡después de lo de la manada!) sobrevive en TVE sólo es porque queda muy poco de lo que el encierro era y mucho de lo que nunca debería ser. ¿Qué nos queda del encierro en esencia, y por suerte, más que los toros de Escolar, Cebada y Miura y el corazón de muchos corredores anónimos?

Con las retransmisiones de ahora, ya no se menciona la corrida de por la tarde, ni se respeta y reconoce al toro, ni se filma todo lo sucedido a pesar de las tirolinas, las superlentas y el despliegue mediático, ni se dan las repeticiones completas, ni se hace afición. De manera que no nos queda duda, esta tele avergonzada, pero morbosa; inculta, pero atrevida; y moralista, pero hipócrita, va matando al encierro, que algo seguirá uniendo a los españoles, pero que desaparece en esencia por la irrefrenable espectacularización, el antideslizante, el descaste, unos bueyes entrenados y por una nación que sólo sabe reconocerse dentro de la cultura del Estao.

Está la España del encierro anónimo y la España de los mansos pregonaos.

Tercer encierro de San Fermín 2025. Un toro bastardo

El destino de estos toros que debutaban hoy, esto es, para lo que los ha criado Álvaro Núñez , para lo que la Casa de Misericord...