Hoy, jueves 11 de julio, con seis bobos multicapa de Domingo Hernández, lo que sobre el papel ya lo hacía bastante improbable, nos gustaría poder haber contado que los bravos se comportaron como tal, poniendo caro el siquiera mantenerse en el centro de la calle por lo incierto de su trotar, por sus miradas a los lados, o por su correr con el cuello erguido, altanero y no humillado como si ya delante tuviera la pinturera postura de Ortega y el pico de su muleta, o trazando la cornada cuando sintieran una invasión de cuerpos en su terreno, o amagando con salirse de la manada y certeramente saliéndose a por el guiri woke de los States que ya lleva la papeleta de Harris en su cartera cuarteada por el calimocho derramado, o cayéndose y pensándose si seguir la estela de sus hermanos o no, y atender al hervir de su sangre heredada de Vázquez y Vistahermosa y acometer contra todo, hasta contra el San Fermín dibujado sobre un maderamen tras la curva y desteñido por los rezos, deseos y plegarias de tantos y tantos corredores, pero no, hoy lo que podemos contar es que uno de los toros se ha adelantado desde la mitad de la cuesta de Santo Domingo y, sólo con su vertiginosidad (¡qué inspiración habrían sido para Marinetti estos encierros!), ha dejado la única pizca de emoción en cinco encierros. Luego los seis toros han cogido la delantera con un buey y han realizado el recorrido con toda su bobería y como si lo conocieran, como si el tauródromo que tengan en su finca de Alaraz fuera una imitación del trazado pamplonica. Un encierro teledirigido para los televidentes del telediario de TVE que sólo ven las charos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario