domingo, 14 de mayo de 2023

V de San Isidro. Ahí está el toro cárdeno de José Escolar para quien quiera pasar a la historia de la tauromaquia.

Dos horas y veinte minutos de corrida transcurridas en un abrir y cerrar de ojos, en un pestañeo de esos que no se han podido dar hoy. Debemos empezar agradeciendo a D. José Escolar Gil por la Señora Corrida de Señores Toros que ha echado. Hemos de continuar honrando a los tres toreros que se han puesto delante, López-Chaves, Fernando Robleño y Gómez del Pilar. Y hemos de cerrar preguntándonos por qué los mandamases, Juli, Roca o Morante, no matan esta corrida. ¿En qué quedaría el toreo pufo de Tomás Rufo con estos Toros?

Ahí está el toro cárdeno de José Escolar para quien quiera hoy pasar a la historia de la tauromaquia. Por eso, la crónica de esta tarde la escribe el toro, con toda la riqueza de comportamientos y reacciones que ha enseñado, y que se resumen en el miedo que tiene el torero al toro, y no viceversa, como ocurre habitualmente.

Pocapena remata en tablas y resuena un aplauso. Salta junto a la cabeza y sobre el capote de López Chaves, y luego lo desarma violentísimamente. Dos minutos le bastan al de Escolar para mostrarse más toro que todos los que lo sucedieron días atrás y mostrarnos que todos ellos eran sucedáneos. Pocapena duda y escarba hasta irse a recibir un segundo puyazo desde el centro del ruedo. Los capotes dibujan suertes inéditas por el aire durante el segundo tercio. Los banderilleros corren de él como los jugadores del Barsa de la afición del Español. Se pega como una lapa tobillera tras el primer pase y, en ese pegarse, levanta por los aires al matador y lo hunde en el suelo. Milagroso I, el más guapo del encierro, exhibe su casta ya en un emocionantísimo recibo capotero de rodillas de Robleño. Mira y remira al matador entre pase y pase, pero, como a un mirón al que se le pilla en su voyeurismo, se entrega a embestir con fiereza cuando Robleño se queda quieto y le ciega la mirada con la muleta. Si no fuera por la espada, Robleño sería figura del toreo. Cartelero quiere comerse el engaño oliendo la arena. Lo hace en el capote y en la muleta. Embiste con codicia por ambos pitones. Un toro para reordenar el escalafón. Es celoso de su territorio, y lanza por el aire a Gómez del Pilar cuando se mete en él sin mando. Como su naturaleza es la de seguir peleando, se levanta del suelo con la espada dentro hasta la bola al oler el acero de la puntilla. Cartelero se va arrastrado en vuelta al ruedo pese a que apenas fue picado y salió de marras de su segundo encuentro con Sangüesa. Castellano I sabe dónde está situado cada cual en el ruedo. Ve a Robleño junto a las tablas y se va a por él. Por si no le queda claro, en el siguiente lance de brega lo mira de nuevo. Robleño soporta más miradas que las que echa Luismi el Chatarrero a sus acompañantes. El toro espera y espera y se lanza cuando ve la presa fácil. Se para y mira a López Chaves, sin opciones. Toledano se duerme empujando bajo el caballo en su primer puyazo. El toro es durísimo y Robleño inicia una pelea con él hasta arrebatarle, tras coger el estoque, una serie de naturales de auténtica verdad. En ese momento, el traje de Robleño centellea. Sale por último, Amado, y se asoma a saludar a los picadores. Da varias vueltas y se detiene en toriles por unos segundos. Instantes después, persigue a Gómez del Pilar y le obliga a soltar el capote para zafarse de él. Cae tras sus encuentros con el caballo y su poca fuerza conduce a las gentes a airear sus pensamientos a viva voz, que van desde un "vivaespaña", o "fuera botellones de Las Ventas", hasta un, "ay, si este fuera de Juan Pedro". Es lo que hay cuando el toro cae, aunque éste también se levantó tras varios puntillazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quinto encierro de San Fermín 2025. Bueyes

Hace seis años un grupo de mozos escenificó una sentada como protesta por la tiranía que imponían los bueyes al correr el encier...