martes, 28 de septiembre de 2021

Pack 1

¿Sueñan los toros con excavadoras sostenibles?

"No he podido sacar el abono en mi sitio. ¿Tú vas? Le daré el pésame a mi amigo José Luis, que se ha muerto la de la radio, con la que no se hablaba". Decía Leo, quince días antes de cumplirse dos años para bajar de nuevo por una calle Alcalá almohadillada, que acomoda así su caída sobre Las Ventas y su explanada erizada por gritos de agua-frí-a. Otra vez van manos felices con bolsas en vaivén y las puertas abiertas tragando colas, pero esta vez sin manos con programa de mano y mascarillas sobre bocas en las colas. Pasa Luismi, el chatarrero, con una morena sabatina y una rubia dominical, llenas de aire colonial pero con menos cotilleos aéreos desde las terrazas. A su vez, Aibabur comparece por allí como el reloj de la plaza, que nunca se va aunque ahora viene acompañado. Suerte que a los sombreros no les obligan a llevar mascarilla. Las obligaciones quedan para el hombre que va a los toros, que se ve encerrado entre los números de la puerta y del tiempo: "Puerta: 2 y 7 - Acceso: de 17:00 a 17:30". Es un confinamiento existencial que convive con dos hondas ligerezas. Una, sanitaria: todo es "sin contacto", no vaya a ser que se propague el virus de la integridad que "hace desagradable ver toros en Madrid". Y otra, materialista: ese virus parece no tener efecto sobre los empleadombianos, que gozan de inmunidad para cobrar Mahous, Caciques y postureos. ¡Han preparado a Las Ventas no contra la COVID, sino contra el virus de la afición! La que, por cierto, se mide ahora en abonos en propiedad, según Vitori-neo. ¿Se puede medir la afición en abonos? No sabemos cuántos tendrá Domb, que ve Madrid desde Sevilla, pero él, más que propietario, es productor. Tras el bombo, Domb se inventa el Pack. Las corridas ahora van en packs y el aficionado K. malentiende la idea dombiana, y adquiere inocentemente tan solo el Pack 1, pese a su voluntad de abonado de querer verlo todo desde su asiento y no desde Sevilla. Pero a K. le contenta otra producción: el aforo reducido a la mitad se traduce en libertad-para-beber ayusiana. La restricción es la liberación del alcohol y del pis. Así, si uno quiere mear en lo que Diosleguarde pasea una orejita, antes se tenía que correr como Chapu Apaolaza en la Cuesta de Santo Domingo aun con el riesgo de que la puerta del 7 alto te arrollase, y ahora hay tiempo de mear, sacudírsela, coger una Mahou viendo la bragueta cerrada y escuchar con placer a Leo decirte "¡a su sitio!". Pero la restricción de público es mucho más. También es la desaparición del chino en el otoño del COVID. O la contención en los vivaespañas y en los coleccionistas de acontecimientos. O reconocer al tuitendido. Y es que la limitación ha ampliado el 7, que vuelve a ocupar casi todo su tendido de modo tal, que la afición realmente se apaga donde va muriendo el 7 junto al 6. ¿Sueñan los toros con excavadoras sostenibles? ¿Sueña el ganadero con plazas vacías? ¿Sueñan los aficionados con Toros? ¿Sueña el 7?

Ah, que hablábamos de toros. En esa cuestión, tres tardes: una aplazada por el lluvioso cielo venteño, una novillada FYI (For Your Information: another Fuente Ymbro) y una descastada neo-vitorinada.

Poco más. Y qué más da, si Leo sigue igual.

domingo, 19 de septiembre de 2021

Villaseca es Villacasta

Hijosa, hijo de la aplausometría, que diría Sloterdijk

Villaseca es a los toros lo que El Federalista es a la democracia: su mejor defensa y, a la vez, su mejor explicación. Si la primera es repudiada por el mundo del toro (el que insulta a la afición), el segundo es ignorado por los demócratas (los que chillan "¡populismo!" para acallar el pluralismo).

El Madison toledano es Jesús Hijosa, un alcalde que, pudiendo pasar por el que recibió a Mr. Marshall, ha sido recibido en su plaza entre vítores como aquel. Si con Napoleón I empezó la era de la legitimidad por aclamación, dice Sloterdijk, Hijosa es uno de los hijos favoritos de la aplausometría. Estas son las cosas de la libertad: uno, por ahora, aplaude cuando quiere y, si quiere, no se vacuna. A no ser que uno sea un currito de la radio de la libertad, que por mor de la decisión liberal de su jefe, está obligado a inmunizarse y aplaudir.

Cómo estará Españita que los asalariados de la Libertad Digital no se rebelan, pero el Fundi enfundado en unos chinos pistacho se plantó en Villaseca a provocar un plantón por unos salarios. O eso decían.

Porque lo cierto es que, a toro pasado, Villaseca ha servido para exhibir que el asunto no está en si el salario de los currantes de esto del toro es más o menos sostenible, sino en "defender un sistema y unos valores establecidos por todos". Nunca es tarde para descubrir que nos hemos dado la democracia, la forma de vida madrileña, según Ayuso, y el sistema y valores taurómacos, a decir de Gómez Pascual. Queda entonces claro que cuando se oye eso de que algo noslohemosdadoentretodos, habla una oligarquía.

Cavilando, por razón de la buena cantidad de novillos encastados que han desfilado por la Numancia toledana, se concluye que ese supuesto sistema taurino establecido por todos (es decir, por una oligarquía) no es otro sino aquel que busca eliminar la casta: la del toro y la del hombre.

Dostoyevski ya lo advirtió: "la mansedumbre es una fuerza terrible". Y frente a este sistema, Villaseca. Así, el encastado Fusilito de Ibán es un toro antisistema, y José Otero, por ende, un banderillero antisistema. Pero el toro está muerto y vive en el recuerdo, mientras el torero está vivo y muere sin torear porque el sistema quiere. A José Otero poner la plaza en pie seis tardes seguidas le ha puesto de patitas en la calle. Representa "el que se mueve no sale en la foto", de Guerra. Si Sánchez fuera un oligarca taurino, al banderillero Otero sí le habría preguntado a quién vota para decidir ponerle el rehilete del COVID.

Porque, ya no hay duda tras Villaseca, la sostenibilidad del sistema taurino pasa por eliminar la casta. Quizá sea la voz de Juan Serrano la conciencia del sistema al proponer una corrida sin muerte, porque ¿qué riesgo hay en entrar a matar a un toro bobo, bobo? Uno muy Finito, seguro. O, en letra de Dombrovsky, "la vulgaridad siempre tiene razón".

Antes de en matarlo, la ética de todo esto está en el Toro. Igual que antes de votar, está la libertad política. Sin Toro no hay nada, reza la chapa y oramos los aficionados. 

Villaseca es, por tanto, Villacasta, que por mucho pantalón pistacho que se plante en ella, parece que no quedará seca de casta. O, si lo quedare, siempre nos quedará el sueño de Villacasta, ya que "el sueño era la libertad".

viernes, 3 de septiembre de 2021

Urdiales contra la igualdad

Bilbao, agosto de 2015. Urdiales se consagra contra el artificialismo y llora

¿Quién eres, Urdiales? Si Javier Cortés en su triduo épico reflejó la dicha y desdicha de todos los hombres por no quedarse quietos, Urdiales, cuando quiere, nos somete a la tiranía del talento, cosa de unos pocos hombres y de los pocos momentos en que quieren.

¡Cómo se atreve a nacer con talento! Decía Luhmann que el talento pasa a ser un fenómeno escandaloso para todos aquellos obligados a vivir de las apariencias. Algo inevitable en esta cultura de masas, en la que se ha democratizado todo excepto la democracia, que en España es un Estado de partidos y en Las Ventas, Domb quiso que fuera un bombo sin el Juli. Hoy, en el mundo de la igualdad, un nacimiento no puede ser más que un nacimiento, ya que no puede haber nobleza, y nos vemos forzados a hacernos desde un igualitarismo procreador. Una empresa encomendada en el mundo del toro a las escuelas taurinas, que no son sino fábricas de filiaciones no bastardas y estandarizadas para transformar mediante la imitación al toreo en un sucedáneo del toreo. ¡Prioridad de la igualdad frente al arte!

Pero hete aquí que Urdiales, de cuando en cuando, exhibe la naturalidad al torear que Dios le dio y adiós a la igualdad. Es la divina diferencia en el infierno de lo igual. Es lo inimitable. Si pensamos en la naturaleza de las cosas, lo natural en Iván Redondo no era ese pelazo; lo natural en el españolito de hoy es la servidumbre; y, en el toreo, lo natural es Urdiales. Su verónica es la verónica; su media, la media; su natural, el natural; y su trincherazo, el trincherazo. Su toreo es la bella injusticia que provoca que por mucho que bernadeen a vaquillas para Instagram, por muchos bieeeeenes que reciban tras las tablas sonrojadas, y por muchas corridas en el escalafón y orejas en el esportón que acumulen, jamás podrán los demás torear como él.

Ahora bien, el talento está maldito y la naturalidad de Urdiales es sólo una tiranía efímera en la oligarquía del taurineo, que ejerce, como la socialdemocracia a través de la UE, un despotismo ilustrado que ha despreciado al torero. En los bajos venteños del otoño del 14, iba Urdiales desapercibido entre codazos etílicos y vasos torcidos, cuando le saludé horas después de lo de Sevillanito. Nueve meses después, en Vistalegre, dio a luz a toda su naturalidad y mató el silencio y a Favorito con olés de los vascos. Tal fue el parto, que lloró. En el 18, tras tres veranos, y en medio del tedio igualitario, arreó a Hurón toda su naturalidad madura y, llorando ahora nosotros, le dimos toda la razón a Curro. Tres tardes inolvidables premiadas con unos exiguos 88 paseíllos en siete años. Esa es la tríada dictatorial de Urdiales, inútil como todo arte, y despreciada por el régimen taurino, que no puede tolerar que alguien toree así.

Y es que, afirma Sloterdijk, la naturaleza es más injusta que el príncipe más tirano, pues representa el dominio absoluto del azar. Que Urdiales exhiba su naturalidad hace más daño al régimen déspota del consenso taurino que tres días de vídeos en Espejo Público sobre el toro que se escapó de La Muralla en Brihuega. Si en la cultura igualitarista en que vivimos, todos triunfamos al nacer, pero quedamos con la mácula de la indiferencia, el toreo de Urdiales es inmaculado por diferente y es esa distinción bajo cuya tiranía gustosamente nos sometemos para celebrar la naturaleza de un ser humano. Urdiales es un aristócrata del azar que nos brinda el toreo natural. ¡Prioridad del arte frente a la igualdad!

Tercer encierro de San Fermín 2025. Un toro bastardo

El destino de estos toros que debutaban hoy, esto es, para lo que los ha criado Álvaro Núñez , para lo que la Casa de Misericord...