Dos cohetes y, entre medias, dos minutos y 19 segundos de nada. Pero la nada dice mucho.
¿Va a salir hoy también D. Álvaro Núñez o D. Victoriano del Río a salvar verdaderamente la tauromaquia y confesar en prime time las terapias eugenésicas que han aplicado al toro de lidia, base de la fiesta, hasta restarle todo su carácter, cortar su integridad y convertirlo en la memez mórbida con cuernos de merengue que ha corrido hoy, y que facilita que un guiri pueda colgar junto a la tabla de coffees del Starbucks de Milwaukee en el que trabaja una fotografía entre los dos pitones de un toro que ya quisiera tener una parecida Julián “El Poderoso”?
¿Va alguien a tirar abajo el telón de una vez?
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